lunes, 24 de febrero de 2014

¿Queremos vivir en una sociedad competitiva?

La competitividad es un valor que fomenta la rivalidad, el egoísmo y el individualismo.
Actualmente vivimos en una sociedad donde la competitividad está a la orden del día, competitividad económica y empresarial, competitividad política, competitividad en la escuela, competitividad, incluso, en cosas sin verdadera importancia, como llevar ropa de marca o tener mejor coche que el vecino.

De hecho, vemos que las palabras competitividad y competencia se utilizan a menudo como conceptos positivos, y en algunos contextos lo son; lo son si hablamos de tener competencias -conocimientos, habilidades, valores- en un ámbito o en otro, pero no lo son si se trata de utilizar la rivalidad para conseguir un objetivo a cualquier precio, sin importar si pisamos a otros por el camino, como pasa en grandes empresas multinacionales, calificadas de "muy competitivas" en valor positivo, cuando estas empresas, para funcionar, probablemente estén vulnerando derechos humanos y estén creando un impacto negativo en el medio ambiente. Estas situaciones crean una gran desigualdad social.

Para evitar estas desigualdades sociales se tiene que partir de la educación, por lo tanto desde la escuela se tendría que fortalecer la cooperación entre los niños y niñas, en lugar de fomentar la competitividad. Dejar a un lado la rivalidad y promover el apoyo entre personas.

Para conseguir una sociedad más justa tenemos que educar desde la infancia en los valores de la cooperación, la colaboración, la solidaridad, la empatía... ya que si desde la educación, en todos sus niveles, luchamos por este tipo de sociedad, la transformación será posible.

SÓLO APRENDIENDO A TRABAJAR JUNTOS Y UNIENDO FUERZAS, PODEMOS CREAR UNA SOCIEDAD MÁS LIBRE E IGUALITARIA.

jueves, 20 de febrero de 2014

Quien dice pajarita dice lazo, o incluso orejas de gato!

Buscamos constantemente trabajar con l@s niñ@s valores no sexistas y por ello les hacemos propuestas en las que tod@s se puedan ver reflejados y sentirse bien. Buscamos no hacer cosas "de niños" ni cosas "de niñas", sino cosas neutras, si es que la neutralidad existe. Y una vez más, la lección nos la dan ell@s. Porque lo que para nosotros es o bien una pajarita "de chico" o bien un lazo "de chica" para ellos puede ser un lazo de niño (y de niña), una pajarita de niña (y de niño) o incluso unas bonitas orejas de gato, porque su imaginación no tiene límites y ellos no tienen mas prejuicios que los que les inculca una sociedad cerrada incapaz de aceptar que sus normas llegan a rozar el absurdo. Porque el color rosa es eso, un color, que sólo esta ligado al sexo femenino en la medida en que la sociedad así nos lo impone.
Así que la propuesta es simple, tratemos con naturalidad cualquier actividad, sin delimitarla por razón de sexo, proponiéndola a tod@s por igual y quizás así naveguemos hacia una sociedad no sexista y sin prejuicios, en la que un lazo pueda ser usado por tod@s, porque ell@s no harán distinciones si nosotr@s no las hacemos. Porque dónde tú ves un lazo, yo veo unas orejas de gato.